Seguro que alguna vez has visto la tierra agrietada y seca por falta de agua, pues con nuestra piel pasa algo parecido. Si no la mantenemos limpia e hidratada correctamente, sufre los mismos efectos que esa tierra seca, aunque a simple vista no seamos capaces de apreciarlo.
Beber agua es la clave para el adecuado mantenimiento de nuestra piel
Por supuesto, igual que la piel necesita estar correctamente nutrida también necesita estar debidamente hidratada para mantenerse limpia, sana y, sobre todo, para que el paso de los años no nos haga aparentar más edad de la que realmente tenemos.
Pero, cuando hablamos de una piel correctamente hidratada, no solo nos referimos a aquella a la que le aplicamos constantemente cremas o mascarillas hidratantes, sino a aquella piel que recibe una hidratación interna adecuada, por debajo de la dermis, a nivel celular.
La piel cubre todo el cuerpo por lo que es el mayor de los órganos. Sirve de protección, ayuda a que el cuerpo mantenga su estructura, actúa como barrera y aísla a nuestro cuerpo del medio.
Todo el mundo sabe que el agua es un elemento vital para nosotros y nuestra piel. El cuerpo humano está compuesto en un 70% de agua. El agua es la responsable de que la piel luzca sana y radiante.
Debido a diferentes factores, a la piel le cuesta mantener la hidratación constante. Por eso, es importante ayudar a nuestra piel a evitar la sequedad y la tirantez.
Esto se consigue bebiendo agua en grandes cantidades y siempre que se pueda. Según expertos la cantidad ideal de agua que hay que beber para mantener la piel correctamente hidratada a nivel interno es de 2 litros diarios.
El agua mineral natural es la bebida perfecta para cuidar el organismo y la piel. Es un agua totalmente natural, sana desde su origen que es la naturaleza, 100% fiable y seguro, tiene una composición inimitable y no recibe tratamientos químicos porque no necesita ser desinfectada.